La obra despliega conmuevas profundas a través de una narrativa que interseca sentimientos y realidades. Con sutil maestría, Eduardo Antonio Parra abre un campo de reflexión cerca de lo humano, al paso que el título Nadie los vio salir se integra como un emblema de secreto y hondura. Cada línea invita a hundirse en un diálogo íntimo con la condición existencial.